Adiós a Jerusalem Club

Por Ester Galiana


Y la historia se repite. Parece que los amantes de la electrónica que residimos en la ciudad de Valencia estamos condenados a ver como cierran nuestros clubes favoritos, uno tras otro. En esta ocasión le ha tocado el turno a Jerusalem. Situado en el corazón de la ciudad, el club se inauguraba el 8 de marzo de este mismo año, con el propósito de situar a Valencia en el circuito de los clubs de música electrónica de referencia en Europa.


Pero la propiedad de la sala no les ha dejado ni siquiera celebrar su primer aniversario. La semana pasada anunciaban su cierre por las redes sociales, disculpándose por no avisar con mayor antelación. Este ha sido su último fin de semana, en el que los fieles a este “sagrado” lugar, hemos tenido la oportunidad de despedirnos, todavía con incredulidad.

Entre las reacciones de sus seguidores hemos podido encontrar pena, ánimos para la organización, o rabia por ver como otro gran proyecto cae por culpa de los propietarios de las salas. Incluso había más de uno reacio a creerse la noticia y que afirmaba que debía tratarse de una broma.

A nosotros, su público, solo nos queda dar las gracias al gran equipo que había detrás, que ha hecho posible no solo ver a grandes artistas, sino poder hacerlo en un ambiente envidiable, que en pocos clubes se puede encontrar.

Quedan en el recuerdo grandes noches, con anfitriones como Tama Sumo, Andrew Grant, Neverdogs, Torn Hawk, XDB, Kyodai, Levon Vincent y muchos otros. No nos olvidamos tampoco de los residentes y otros djs y vjs locales que han pasado por la sala; así como de las fiestas que se han alojado en ella: Black Label, Klinik Club, The Basement Night Shift, Larry’s…

¿Que qué ha significado Jerusalem para mí? En las redes sociales el nombre daba juego para calificarlo como lugar sagrado, de culto, etc. En verdad, era un sitio como de culto sí, donde ir por la música (aunque el sonido no fuese lo más de la sala), y donde me gustaba que el resto de público fuese a eso: a la música. La gente en general sale de fiesta, y si hay música, pues eso que se encuentran. Les da igual lo que les tiren. Yo voy a las salas por la música, y si hay fiesta, pues eso que me encuentro. Y creo firmemente que Jerusalem era uno de esos sitios donde la mayoría de la gente iba por la música, y eso se notaba. Se creaba ese ambiente que comentaba antes.

Jerusalem era mis fines de semana. Varios de ellos pasé más horas ahí dentro que en mi casa (de reloj). Llegó un momento en que mi móvil me avisaba todos los viernes por la noche de cuanto tardaría en llegar a la calle Convento de Jerusalem.

Como único consuelo, la organización promete que esto no ha terminado, y que van a seguir trabajando para que la música electrónica siga teniendo un presente y futuro en Valencia. Así que, de momento, solo queda esperar.

Por todos estos meses abriendo la mente musical a los que vivimos en la Ciudad del Turia: ¡GRACIAS JERU!

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